miércoles, 30 de mayo de 2012

ENTREVISTAMOS a ANA MUNCHARAZ:"Hoy se busca poco, la mayoría prefiere que se lo den todo hecho"



A finales de mayo, acontece la Feria del Libro en Madrid. Entrevistamos, como no podía ser de otra manera dado su interés e importancia, a la escritora Ana Muncharaz que acaba de presentar su último libro, una nueva novela histórica, que nos descubre a la primera mujer que peregrinó a Tierra Sana, la hispana Egeria, cuya vida, búsqueda, destino, fluye en el siglo IV.
El viaje de Egeria se enmarca dentro de la colección Arcaduz (*), que reune "biografías noveladas de santos y personas cuya presencia ha dejado huella en la historia, narradas por autores de primera fila", según se afirma la propia Editorial Palabra, la responsable de que este libro vea la luz.
Tercer libro para la autora Ana Muncharaz Rossi (Madrid, 1965), quien, tras estudiar Periodismo, dedica su vida profesional a Literatura. El arbol doblado (2003), que transcurre en la Edad Media, y La Brisa del Egeo (2007), sobre un magistrado ateniense del siglo VI a.C, son sus dos otros títulos publicados anteriormente.


V y O: En la presentación del libro, a usted se la califica como una novelista que tiene muchas cosas que decir. ¿Cómo surge este libro?

A M: Sí que había algunas cosas que quería decir y que motivaron la aparición de este libro. Surgió porque quería hablar de la sabiduría de los eremitas del desierto y de los padres de la Iglesia, de un cristianismo pujante y vigoroso que revolucionó el mundo durante los primeros siglos de la Cristiandad. Y por supuesto del viaje que una mujer emprendió llevada por su fe y su búsqueda de Dios. Además, también existía la necesidad de expresar lo que yo había vivido cuando peregriné a Tierra Santa; en este último sentido, Egeria me prestó su voz.

V y O: ¿Cuándo encuentra a la progagonista Egeria u otros personajes reales como Melania o los Eremitas del desierto que aparece en el libro? ¿Cuáles fueron sus fuentes de documentación?

A M: A Egeria la encontré cuando fui a Tierra Santa en noviembre de 2008. Hice la peregrinación con los franciscanos, y el sacerdote con el que íbamos no dejaba de referirse a ella cada vez que nos hablaba de algún lugar santo. Cuando regresé a España me documenté con unaprimera obra llamada El itinerario de la Virgen Egeria, de Agustín Arce. Inmediatamente la relacioné con otras mujeres, como Melania la Mayor, sobre las que había leído en libros que recogen las enseñanzas de los padres y las madres del desierto. Hacía varios años que me interesaba esa forma de vivir el cristianismo primitivo, esa experiencia tan radical de conocerse a uno mismo y a Dios que llevaban a cabo los eremitas del desierto. Hoy en día nos es muy difícil entender a esos «locos de Dios», pero yo quería tratar de hacerlo, y darlos a conocer a los demás. Como Egeria, sin duda, se encontró con ellos en su peregrinación, vi la oportunidad de presentarlos en la novela, por eso hay tantas referencias a ellos en el libro.
El caso de Melania es especial, porque cuando escribía sobre ella me imaginaba a la madre Teresa de Calcuta. Sé que nada tiene que ver una rica viuda romana que lo deja todo y marcha al Monte de los Olivos para fundar un monasterio y una hospedería con la madre Teresa pero… no podía dejar de tenerla presente cuando aparecía el personaje de Melania. Son asociaciones curiosas que nadie sabe muy bien por qué se dan.

V y O: Todos conocemos hoy en día la diferencia entre viajar e ir de turista, pero ¿Qué es realmente un peregrino?

A M: El diccionario de la Real Academia define el verbo peregrinar de cuatro maneras. Tres son las que me interesan: 1. Andar por tierras extrañas. 2. Ir a un santuario por devoción o por un voto. 3. … vivir entendiendo la vida como un camino que hay que recorrer para llegar a… Dios. Egeria es una peregrina fundamentalmente en este último sentido, pero no solo ella sino todos los cristianos. En algunas ocasiones también andamos por tierras extrañas o vamos a un santuario por devoción, pero para mí la idea de peregrino tiene que ver con un camino para toda la vida.

V y O: Usted estudió Periodismo, ¿Cómo se produce su paso de periodista a escritora?
A M: En realidad no he ejercido mucho de periodista, solo durante un año, cuando trabajé en una revista de literatura haciendo entrevistas y, sobre todo, reseñas y crítica literaria. En cuanto a lo de escribir, simplemente lo he hecho desde niña, me gustaba, pero, por supuesto, no me consideraba escritora. Igual que el niño al que le gusta pintar no se considera pintor o aquel al que le gustan los animales no piensa que es veterinario o biólogo. Es cierto que un día, con treinta y dos años, decidí escribir un libro para intentar publicarlo y lo conseguí… supongo que ese será el momento en que me convertí en escritora.

V y O: En su libro El árbol doblado, usted trata de buscar sentido a la ambición desmedida en lo que fue una especie de Medea de la Edad Media. ¿Es la protagonista de su actual libro la antagonista de su anterior personaje? Egeria busca conocerse, persigue conocer su destino? ¿Qué hay de Egeria en Ana Muncharaz? ¿Y que hay de ese momento histórico en el que hoy nos movemos?

A M: Egeria no es la antagonista de Erzsébet Báthory, el personaje que desencadena la trama de El árbol doblado. Simplemente no tienen nada que ver. Báthory personificaba el mal. Egeria no simboliza el bien, es tan solo una persona que busca. Traerla a la actualidad tiene ese sentido. Creo que hoy en día la mayoría de la gente busca poco, prefiere que se lo den todo hecho. Se informa, pero no se forma; viven en el exterior más que desde sí mismos. Es cierto que hay algunos movimientos que fomentan esa búsqueda del sí mismo, pero se quedan ahí, no dan luego el paso para salir desde uno a los demás, y mucho menos para abrirse a la trascendencia. La búsqueda de Egeria tiene ese objetivo y en este sentido quiero reivindicarla en la actualidad. En cuanto a la relación entre Egeria y yo, pretendo que su búsqueda sea también la mía.


V Y O: Me ha llamado poderosamente la atención que es un libro que posa la mirada en la Naturaleza, las descripciones del paisaje, siendo justo un libro que narra un viaje interior, Usted dice que en realidad está todo en las Escrituras, todo se nos ha dejado escrito, Allí también ocupan un lugar de primera fila la descripción simbólica de la Naturaleza. ¿Qué significado tiene? Vemos esa trilogía mediterránea muy presente. el agua, la luz, la montaña, el lago.

A M: Hay muchas personas que han llegado a Dios a través de la Naturaleza. Y es verdad que en las Escrituras aparece la Naturaleza en muchísimas partes. En los salmos se la nombra, Jesucristo en las parábolas recurría a símiles que tenían que ver con la Naturaleza. Cómo no va a ser así si somos criaturas de Dios en un mundo creado por Dios. El agua, la luz, la montaña, el lago, aparecen en los Evangelios, existen en cualquier país del mundo, pero descubrirlos en Tierra Santa… allí cobraron para mí un sentido especial. Ese sentido se lo podemos dar en cualquier parte… en un amanecer, al ver el mar, al pasear por el campo… En la Naturaleza se puede descubrir a Dios mucho más allá de que salgamos a desfogarnos un fin de semana para romper con el ritmo de la ciudad.
V y O: ¿Cuáles son los lugares que le han dejado una huella más profunda a la autora después de haber ido ella de peregrina a Tierra Santa? ¿Acierto si digo el lago Tiberiades y el Monte de los Olivos? ¿Son realmente lugares tan bellos?

A M: Sin duda el lago Tiberiades, aunque quizá haya que mirarlo con cierto tipo de ojos. A mí me pareció un lugar bellísimo. Pensé al verlo: «Anda, pero si Dios es poeta». Allí me podía imaginar mucho más a Jesucristo que en Jerusalén. Tal vez a una persona que vaya de turismo a Israel no le parezca nada del otro mundo, pero hacer turismo no tiene nada que ver con peregrinar.

V y O: Dado que este es un blog que lleva el nombre de Vides y Olivos, ¿Qué podría decirnos de la simbología de estos cultivos que junto al trigo son los que conforman la Trilogía Mediterránea?

A M: La vid, el olivo y el trigo. Su simbología en las culturas agrícolas mediterráneas, es importantísima, en España, en Italia, en Grecia... Muy presentes también en Tierra Santa, en los Evangelios, la liturgia de la Iglesia, los sacramentos… Para mí son símbolos de la vida.

V Y O: Y por último, la palabra y la vida ¿Cómo se relacionan?

A M: Eso es lo difícil, relacionar la palabra y la vida. Jesucristo relacionó sus palabras y su vida. Habrá que mirarle a Él y tratar de hacer lo que hizo.


Arcaduz (*): Según la RAE: arcaduz.(De alcaduz).1. m. Caño por donde se conduce el agua.2. m. Cada uno de los caños de que se compone una cañería.3. m. cangilón (‖ de noria).4. m. coloq. desus. Medio por donde se consigue o entabla alguna pretensión y negocio.

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