viernes, 3 de junio de 2016

Cine con corazón y coraje


Hola de nuevo tras un buen barbecho, un silencio, un dar tiempo.
Qué rico ha salido el aceite de este año, que prácticamente acabamos de probar al mismo tiempo que  han salido a la luz estas dos maravillosas películas que son la prueba de que los pueblos, el campo, los productores, las raíces pueden ser fuente de inspiración para esos guiones que hacen que las películas no vengan determinadas por presupuestos, modas. Este es otro de los misterios que encierra en cine: sus historias con misterio. Películas sencillas, lentas, reales, con corazón, verdad, coraje. Estas dos maravillosas películas, Un doctor en la campiña y El olivo, coinciden en mucho. No se alejan. No presentan imágenes estereotipadas.  El doctor en el campo es alguien que conoce a sus vecinos, sus vidas. Viven allí. Eso es bello, no necesita más para ser bello, no necesita de paisajes a modo de los que se nos dan en la publicidad. En el olivo, inconmensurable cinta, incluso  se han  buscado como actores a la hora de interpretar al abuelo agricultor a hombres del campo. Qué dignidad y elegancia. Para qué más. La actriz y el resto del reparto, grandes. Al fin y al cabo que bello es todo que no se  compra y no se vende, sino que se entrega. Gracias Iciar, directora, y Paul Laverty, guionista. Gracias a Thomas Lilti. A todos por estas historias reales.

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