El pasado 21 de noviembre tuvo lugar en Madrid la mayor movilización del agro español.
Las tres asociaciones agrarias más importantes compartieron pancarta. Querían alertar sobre la ruina que padece el campo.
Vides y Olivos no faltó a la cita histórica. Allí muchos agricultores comentaban cómo sus productos no tenían precio para cubrir gastos. "Nos pagan 3 céntimos por el kilo de patatas", comentaban unos agricultores procedentes de Valladolid. El campo pide ayuda ante lo que algunos denominan la mayor crisis de su historia. Crisis es también oportunidad. Si todas esas miles de personas llegadas de todos los rincones de España estaban allí, a pesar de los pesares, eran porque reclamaban al ayuda de la opinión pública y porque aún les queda esperanza. El campo debe mantenerse unido y hacerse visibles por el bien de todos: "somos un sector estratégico y cuidamos del Medio Ambiente, claman". La opinión pública actual, la que vive la crisis, presiente que ha llegado el momento de apoyar a dicho sector. La situación del campo, que ha tocado fondo, requiere un sentimiento común. No se puede dar la espalda en esta encrucijada a los que lo piden y menos a un sector que por primario, se encuentra cimentando al resto de la economía. Es sostén y alimento callado en una sociedad en "lo que no se cuenta no existe". Esta es una situación que se viene acarreando desde hace tiempo. El campo no es donde acaba la ciudad, el campo, nuestro origen, tiene muchos valores tangibles e intangibles que ofrecer a la sociedad. Pensemos ¿Qué sería si el campo se abandonara de repente, su cultura, su forma de vida, si nadie quisiera ya ocuparse de él?
Han pasado 12 años desde que el naturalista Joaquín Araujo escribió en Revista de Occidente: "De forma mas que notoria, nuestra cultura ya no quiere asentarse sobre sus propias bases: somos una sociedad sin tierra y los pocos que la tienen, como parte de sus quehaceres, la quieren abandonar. Hasta se ha consolidado la ocultación de cuanto que tenga que ver con los sectores primarios. De hecho, éstos han pasado a ser los últimos en aprecio, consideración y remuneración."
¿Brota el árbol seco? Joaquín Araujo. Revista de Occidente, Nº 194-195 (1997)
¿Brota el árbol seco? Joaquín Araujo. Revista de Occidente, Nº 194-195 (1997)
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