Marisol Guisasola Ortiz de Villalba es licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid. Experta de referencia en temas de nutrición y salud en el suplemento semanal Mujer Hoy desde su fundación en 1999, colabora también en el suplemento XL Semanal y es responsable de la sección de nutrición de la revista Estar Vital. Ha sido redactora-jefe de Selecciones del Reader´s Digest, directora de la revista Garbo y subdirectora de Elle. Ha colaborado, entre otros, en los suplementos El País Semanal, La Revista de El Mundo y El Magazine de El Mundo; en las revistas Vogue, Geo, Dunia, la edición francesa de Elle y la cadena COPE. Nacida en Eibar (Guipúzcoa), con un pasado familiar repleto de referencias hosteleras y apasionada de la gastronomía, es Premio Francia de Gastronomía y Chevalier de la Association Internationale des Maîtres-Conseils en Gastronomie.
M G: Los españoles disfrutamos de un privilegio único: el de disponer de aceite de oliva virgen de la mejor calidad a los precios más asequibles del mundo. Es un privilegio, porque se trata de grasa monoinsaturada, altamente saludable para las arterias y el corazón, que, además, viene ya enriquecida por la naturaleza con fitonutrientes que han demostrado proteger nuestras células frente al deterioro y las enfermedades crónicas asociadas al envejecimiento. En un enfoque “holístico”de la salud, es decir del individuo en su integridad, el aporte diario de grasas tan altamente saludables –en cantidades adecuadas-- supone un plus de partida, para cualquier persona y para todas las edades.
V Y O: Su libro se apoya en 4 pilares de diferentes especialidades de la prestigiosa Universidad de Navarra. ¿Qué dificultades se ha encontrado para integrar a 4 especialistas y traducirlo a un lenguaje accesible a todos? ¿Qué línea siguen?
M G: Como he dicho, el enfoque holístico de la dieta y la salud supone precisamente contemplar al individuo en su totalidad, y no como la suma de órganos, sistemas o problemas de salud diferentes. Desde esa perspectiva, no ha resultado nada difícil integrar los enfoques de las diferentes especialidades a las que he consultado en la Clínica Universidad de Navarra.
V y O; ¿No cree que debemos desaprender y volver a aprender a hacernos nuestros propios guisos? ¿Cómo se guisó su libro?
M G: Aunque suene un poco drástico, pienso sinceramente que hoy nos hemos vuelto un poco “vagos” a la hora de cocinar, y recurrimos a un exceso de productos altamente procesados. Es un error craso y un riesgo para la salud, porque, en general, los productos procesados suelen contener un exceso de grasas saturadas y un alto porcentaje de hidratos de carbono refinados y azúcares. Un alimentación basada en ese tipo de productos conlleva un desequilibrio en favor de grasas menos saludables (en detrimento de grasas saludables como las del pescado, los frutos secos y el aceite de oliva virgen), además de déficit de fibra, vitaminas, minerales y otros nutrientes necesarios para una buena salud.
Es un hecho comprobado que los países que abandonan la alimentación tradicional (basada en productos naturales, poco procesados) en favor de ese otro tipo de alimentación ven disparadas las tasas de obesidad.
M G: La dieta holística no defiende sectores concretos ni enfoques parciales. Su objetivo es proponer el tipo de alimentación y estilo de vida que han demostrado científicamente más beneficios para la salud general, incluida la prevención y el tratamiento de la obesidad. De hecho, diría que no hay una afirmación en el libro que no esté sustentada por un estudio científico riguroso. La idea inicial del libro fue precisamente esa: reunir en un libro todas las evidencias científicas en torno al tipo de dieta más recomendable y declinar esas evidencias en un relato estructurado, con lenguaje comprensible y accesible. Dicho eso, los alimentos producidos con métodos que respetan el producto natural al máximo—como son los orgánicos—han demostrado ser especialmente recomendables para la salud. Pienso que la industria alimentaria en general no puede permitirse ya desconocer una realidad del mercado que exige cada vez más productos producidos por métodos “naturales” y respetuosos con el medio ambiente y la salud de las personas.
V y O: ¿Qué es mejor: ir integrando la dieta holística a nuestra vida con pequeños cambios o seguirla "a rajatabla" desde un principio? ¿Tiene en cuenta nuestro estilo de vida actual o
debemos cambiar nuestro estilo de vida ya?
M G; Si hay algo de lo que huye La dieta holística es precisamente la idea de dogma o de obligación. Justamente las llamadas dietas milagro fallan por la idea de obligación y restricción que conllevan, algo que resulta insostenible a largo plazo. La dieta holística propone por el contrario un cambio en el enfoque: no comer menos, sino comer mejor, de forma más saludable y placentera y vivir también de forma más acorde con nuestra naturaleza humana. En vez de cenar una pizza encargada por teléfono y beber un refresco azucarado delante de la tele o el ordenador, el enfoque holístico propone cenar sentado a una mesa, mejor en compañía, por ejemplo una gran ensalada mixta, con lechuga, tomate, cebolleta, bonito, huevo cocido y aliñada con vinagreta de aceite de oliva virgen, por ejemplo. ¿No te parece que es algo muy fácil de preparar, y mucho más saludable que la propuesta anterior? También, en vez de pasar horas en solitario o en silencio, sentados delante de la tele, La dieta holística anima al contacto con la naturaleza, los paseos al aire libre, la charla distendida, el baile, el movimiento, porque el ser humano está hecho para el movimiento y no para la inmovilidad.