lunes, 24 de septiembre de 2012

RECOMENDACION LECTURA: Una temporada para silbar, de Ivan Doig




 
Este mes empezamos un nuevo curso escolar. Precisamente la trama de esta "novela de iniciación" también discurre durante un curso escolar, eso sí,  el autor nos trasporta hasta  1909-1910, en cuya primavera aconteció un hecho muy curioso que se narra maravillosamente bien: la visita del cometa Halley, que solo ocurre cada 75 años.
"....se acercó a la ventana y miró al cielo.
Este es un año especial- dijo en voz baja, como cuando un orador quiere que le presten  especial atención-. Un año que solo viene rara vez. Este año, los cielos hablarán -Morrie se frotó las palmas de las manos- con una lengua de fuego.
(....) la última vez que estuvo  aquí no existían los pueblos de la frontera, ni las máquinas voladoras, ni la fotografía. Paraos un momento a pensarlo".
 
 La escuela unitaria de Marias Coullie era el centro del universo de la comunidad de distintas familias colonos que anteayer habían llegado para poblar estas tierras de Montana. Bajo el  cobijo de las Rocosas, festejan gracias a Morris, uno de esos profesores peculiares que nos marcan a todos y a cada uno, el gran paso del comenta en sus vidas.
Ivan Doig entremezcla sabiamente la ciencia y la naturaleza, la vida,  para atrapar al lector con una historia de inesperado final. Comprende muy bien la vida de estos agricultores de secano de Montana, y es fiel a los datos históricos que salen a relucir sin plieges en la narración.
Todo empieza en otoño con la llegada a sus vidas de dos personajes con pasado que buscan en estas tierras una segunda oportunidad. Las misma segunda oportunidad que necesitan las escuelas unitarias de las zonas poco pobladas cuando, el narrador,  uno de esos niños de Marias Coullie vuelve decadas después, coincidiendo con ese otro "pistoletazo de salida" que fue el Sputnik para decidir desde un puesto de responsabilidad la continuidad de esas escuelas. Volve al ayer,  al que fuera el "lugar del crimen", el lugar donde ocurrieron los hechos,  donde dejamos la carcasa hecha de sueños que nos envuelve de niños para mudarnos en adultos.
 
 Ha pasado un siglo y el cierre de escuelas en zonas rurales no perdido un ápice de actualidad.  Los padres de esta escuela de la zona de Great Falls lucharon porque no se les cerrara la escuela con sus medios, sobre todo con su voluntad. Ahora,  en el momento de mayor encrucijada,  es justamente, uno de los niños que ha recibido este tipo de educación, el que luchará, esta vez conociendo las reglas de las tretas burocráticas y de lenguaje,  para que los niños de zonas rurales despobladas no tengan que desplazarse de su hogares apelando que ha llegado la hora del "autobús escolar".
 
Morris es un ejemplo de maestro. Es una maravilla descubrir en el libro cómo se dirige a los alumnos, cómo se los gana para la causa, dando a cada uno lo que es para cada uno.
Si el sueldo le importa un comino, ¿Qué gana estando aquí?, le pregunta un padre a este dandy de la enseñanza. "Me sorprende que me lo pregunte. Un trabajo  de esta naturaleza es una vacuna contra la corrosión del tedio. Estoy seguro de que usted ha conocido algo parecido" .
¡Ah!, y un ultimo apunte sobre la metodología de las escuelas unitarias:
 
“Morris había descubierto una cualidad central de la escuela unitaria: la porosidad entre los cursos permitía que una lección impartida en voz alta y clara a un grupo de estudiantes se abriera paso a los otros grupos. Constaté que Toby e Inez aguzaban los oídos cuando los del curso siguiente tenían clase de ortografía”. 
 
Una temporada para silbar está editada por  Libros del Asteroide (año 2011). De solapas en verde,  como este que nos ocupa, sugerimos igualmente El Hombre del Traje Gris, de Sloan Wilson,  editado el mismo año 2009 en el comenzamos la andudra de Vides y Olivos. Muy esperanzador  y actual,  también.


 

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