Bosquejo bibliográfico de Joaquín Araujo
V y O: ¿Es bien aceptado el pensamiento ecológico en nuestro país hoy?
J A: Hemos logrado una cierta aceptación con algunos ápices aceptables. Nadie ignora que provocamos grandes y graves enfermedades para el conjunto de la vida en el planeta. Pero queda vincularlas a lo más serio que ahora pasa. Que la crisis económica es consecuencia de la ambiental y no al contrario. Que el modelo económico de crecimiento continuo resulta del todo imposible. Que necesitamos la capacidad renovadora de lo que nos rodea. Todavía más lejos queda el respeto a lo que nos rodea y antecede.
J A: Atalantar me parece la más bella palabra. Por como suena y por lo que nombra y evoca. Es todo un tratado de ética en un solo sintagma. Y además me hace recordar mis mejores momentos como naturalista.
J A: Todo empieza por uno mismo. Sin duda nada cambiará si no lo hacen las pautas de valoración. Si solo aspiras a más, algo y alguien tendrá menos. La austeridad libremente asumida es la mejor solución. Impuesta no llega a lado alguno.
J A: La juventud necesita más todavía un cambio de modelo productivo, educativo, energético y moral que los mayores. El porvenir pasa por un radical nuevo diseño de nuestra civilización.
J A: Por supuesto. Por eso resulta tan clarificador aquello de que el ambiente siempre está en medio o que el medio es el medio de todos nuestros fines. Pero si lo único que se contempla es lo final desde luego se está apostando porque finalicen demasiadas otras cosas.
J A: La agricultura del porvenir solo puede ser la posible para todos y para el todo.Es decir la que imite a los procesos naturales.
V y O: ¿Por qué la invisibilidad de los agricultores? ¿Deben ser responsables de su propia imagen? ¿Qué aportan a la sociedad? ¿Es real la pequeña aportación que figura en el PIB?
J A: Alimentar es la punta del iceberg en cuanto a la importancia del mundo rural. Todas las preguntas que haces merecen que se escriba todo un libro. Pero os recuerdo que los agricultores deben estar convencidos de su importancia. Porque hacen lo más importante como mantener los paisajes vivos, transmitir cultura, crear vínculos con el derredor. Para salir de la invisibilidad no podemos por menos que contar con los medios de comunicación donde unos pocos libramos una batalla permanente por la presencia de lo más digno que nos queda. La aportación al PIB como la de todo lo relacionado con el sector primario y no digamos la naturaleza es infinitamente mayor.
J A: Pasa inadvertido que las famosas y sacrosantas leyes del mercado no se cumplen en el sector ganadero. Los suministradores de piensos fijan los precios y los productores de carne, leche etc no pueden defender los que consideran justos. Podemos entrar en una mayor carencia si se sigue propiciando la pérdida de actividad en este sector.
J A: Ando preparando cinco libros más al mismo tiempo. Uno de los mismos tiene que ver con lo aquí expresado. Es una ampliación de mi “Cultivar la tierra”, es decir un libro de agricultura ecológica.
V y O: ¿Tiene futuro el olivar tradicional frente a las grandes extensiones de intensivo que se están imponiendo? ¿Cómo podría encarrilar su futuro para no perder el tren?
J A: Como todo lo intensivo/extensivo deberá ser remodelado en algún momento. Cuanto antes mejor. Como todo lo sensato el olivar ecológico debe aguantar el tsunami del productivismo y seguir apostando por la calidad, seguridad, salubridad y belleza que conlleva la apuesta.